Un niño pobre en España es un
niño que no tiene cubiertas sus necesidades básicas. Vive en una familia donde
los ingresos no permiten llegar a fin de mes, los padres están, con
probabilidad, en el paro y la precariedad laboral impide dedicar tiempo y atención
a los hijos. A veces no es fácil entender la situación porque la pobreza
infantil aquí no se corresponde con el estereotipo de pobreza infantil que hay
en nuestra sociedad, no son niños desnutridos que buscan comida en un
vertedero, pero son niños que pasan necesidades y viven en un ambiente cargado
de tensión debido a la precariedad económica, a menudo hacinados, sin espacios
apropiados para hacer sus deberes o jugar, lo que impide que tengan un
desarrollo adecuado.
¿En España hay
niños que carecen de los recursos necesarios para comer o vestirse?
"Son niños que
viven en una familia donde la vida entera gira en torno al problema de la
precariedad económica y donde la prioridad es la supervivencia"
Sí, cada vez más, hay niños y
adolescentes que no disponen de ropa apropiada para la época del año o que no
comen de manera adecuada, ya sea porque sus padres no pueden proporcionarles
alimentos de calidad o porque la situación de la familia impide que haya un
adulto en casa para encargarse de preparar la comida. Una de las consecuencias
que ha traído consigo la crisis económica es la precariedad laboral. En muchos
hogares, los padres salen cada día a buscarse la vida y los niños comen lo que
pueden. Estas familias, además, no pueden hacer frente a gastos como comprar
carne, pescado o frutas y verduras frescas. Son niños que no tienen una
alimentación equilibrada. Esta es una de las razones por las cuales la obesidad
es más frecuente entre los niños más pobres en los países desarrollados.
¿Se atreve a
pronosticar su futuro?
"Las
dificultades económicas de las familias se están traduciendo en problemas en
los niños para aprender a leer y a contar"
Las cifras y los estudios en
torno a la reproducción de la pobreza insisten en que todas estas carencias son
determinantes para el futuro de los niños, sobre todo, las que influyen en el
fracaso escolar. Si un niño tiene algún problema de aprendizaje que no se
soluciona a tiempo o no tiene quien le ayude a hacer los deberes, es muy
probable que no consiga los objetivos educativos.
Según un estudio reciente
realizado en Glasgow (Escocia), las dificultades económicas de las familias se
están traduciendo en problemas en los niños para aprender a leer y a contar.
Esto es algo que también vemos aquí. Los hijos de padres sin titulación escolar
tienen una tasa de fracaso escolar dos veces superior a los hijos de quienes
tienen solo educación básica. Y los hijos de universitarios registran un 80%
menos de fracaso escolar que quienes tienen padres con educación básica. El
retraso escolar es muy significativo en este segmento de la población y es
decisivo al reproducir el círculo vicioso de la pobreza y la exclusión social
en la etapa adulta, ya que dificulta enormemente la inserción laboral. Por eso
son tan importantes los programas de refuerzo escolar en el combate de la
pobreza infantil.
"Combatir la
pobreza infantil es tarea de todos". Este es el lema de la última campaña
de la FEDAIA. ¿Pero depende de alguien más que de otros?
La pobreza en nuestro país es
algo estructural que tiene que ver con muchas cosas. Su solución depende de
quienes diseñan las políticas sociales, pero también de los responsables
económicos y de los empresarios, que tienen que sensibilizarse ante la
situación y priorizar a las personas con hijos a su cargo. Cada ciudadano
también tiene que ser consciente de que hay personas que lo pasan mal y tiene
que ayudar. Esta campaña pretende que todos nos impliquemos en la lucha contra
la pobreza infantil y tomemos conciencia de que la solución de este problema
pasa por convertir a la infancia en un eje vertebrador de todas las políticas y
que es necesario invertir en ella.
¿De qué modo pueden
ayudar los ciudadanos?
"Los
ciudadanos no solo pueden, sino que tienen que ayudar, con colaboraciones
económicas, como voluntarios o echando una mano a quienes tienen más
cerca"
Los ciudadanos no solo pueden,
sino que tienen que ayudar, con colaboraciones económicas con las entidades que
trabajan con la infancia más desfavorecida, como voluntarios o echando una mano
a quienes tienen más cerca. Aunque los ciudadanos en su mayoría no son
responsables de la actual crisis económica ni del problema de la pobreza
infantil, tienen que participar, hacer propuestas y buscar de qué forma pueden
ayudar de manera individual, cómo pueden aportar su granito de arena para
aliviar la situación de los niños y las familias más desfavorecidas de nuestra
sociedad. Algo que todos podemos hacer es tener una actitud amable y empática
hacia los niños más desfavorecidos, acogerles e integrarles. Uno de los hechos
más perjudiciales que ocurre en la actualidad es el rechazo que provoca en los
vecinos la llegada de un equipamiento comunitario. A los niños que asisten a un
centro abierto o que viven en un centro de menores les perjudica
¿De qué manera se
puede evitar que los niños sufran las consecuencias de la crisis?
"Las
autoridades tienen las herramientas para impedir a través de las políticas
sociales que los niños paguen la crisis"
En realidad, este es el motivo de
esta campaña y de otras campañas que hemos sacado adelante en los últimos dos
años, una de ellas con nuestros socios europeos de Eurochild. Hemos buscado y
buscamos dar a conocer que la pobreza infantil se incrementa en Europa y
queremos sensibilizar de la importancia de incluir la solución de este problema
en la agenda europea 2020. Las autoridades tienen las herramientas para impedir
a través de las políticas sociales que los niños paguen la crisis y los
ciudadanos pueden ayudar.
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